El mercado inmobiliario después de la pandemia
La pandemia del coronavirus ha azotado con fuerza a la economía global y ha afectado prácticamente a todos los sectores, especialmente a aquellos negocios e industrias relacionadas con el ocio, el turismo, la hostelería, o el retail.
El sector inmobiliario tampoco es una excepción, y las consecuencias económicas de la crisis del COVID-19 no han tardado en manifestarse. De hecho, el mercado inmobiliario español, que había ganado dinamismo y peso en el crecimiento de la economía de nuestro país desde 2014, ha frenado en seco porque la mayoría de inversiones y transacciones de compraventa, tanto nacionales como internacionales, se han quedado en «stand by».
Pero, ¿cómo afectará la crisis al sector? ¿Cuál será la evolución del mercado inmobiliario en los próximos meses? ¿A qué tipo de retos debemos enfrentarnos a partir de ahora?
Las consecuencias son imprevisibles
Algunos expertos ya vaticinaban una crisis inmobiliaria para el año 2020, una especie de nueva «explosión de la burbuja» que parece que esta pandemia global no ha hecho sino adelantar.
Sin embargo, y a pesar de existir algunas similitudes, no debemos olvidar que este escenario es muy diferente al de la última crisis económica (año 2008), de ahí que se espere una recuperación de los mercados mucho más rápida y sostenible.
Evidentemente, habrá segmentos del sector inmobiliario que se resentirá a corto y medio plazo, pero los pequeños ajustes en los precios, la bajada de los alquileres o las mejores logísticas del negocio nos plantean un entorno post coronavirus que quizá no es el más optimista pero que, cuanto menos, se presenta esperanzador.
Previsiones a corto plazo y situación inmobiliaria anterior
En líneas generales, las previsiones para el 2020 eran buenas, pues el sector inmobiliario se encontraba saneado y en crecimiento: aunque en enero hubo un descenso de las compraventas de vivienda respecto al mismo periodo del año anterior, antes de la declaración del Estado de Alarma el precio del metro cuadrado y de los alquileres había subido ligeramente, una señal de repunte.
Por otra parte, y según el último Informe del Observatorio de la Vivienda editado y publicado por el Ministerio de Fomento, el sector de la construcción también experimentaba un buen momento antes de la crisis del COVID-19.
Sin embargo, la situación ha cambiado mucho en muy poco tiempo, y ahora entramos en un periodo marcado por la incertidumbre y la desconfianza que puede afectar a pequeños y grandes inversores. El impacto será evidente: la venta de viviendas puede caer entre un 20% y un 25%, y los precios disminuir hasta un 10%.
Aun así, expertos y analistas aseguran que esta será una crisis puntual, de recuperación rápida y que ofrecerá nuevas oportunidades de innovación para el sector inmobiliario. Además, el mercado mantendrá su dinamismo debido a la alta demanda y al crecimiento de la oferta de inmuebles.
Convertir la crisis en una oportunidad: tendencias del sector inmobiliario post COVID-19
La crisis provocada por el COVID-19 ha permitido que los profesionales del sector inmobiliario se replanteen cambios en sus rutinas y en su forma de trabajar, y que apuesten por una transformación digital que el sector llevaba años reclamando.
No podemos negar que la tecnología nos ha dado una «lección» durante esta crisis, y que hemos sido más conscientes que nunca de la obligación de innovar para adaptarnos a los nuevos tiempos.
El trabajo en remoto, las entrevistas a los clientes por videoconferencia, las visitas a inmuebles de manera online y a través de plataformas de realidad virtual, la adopción masiva de la firma digital o una mayor inversión en Big Data y en Inteligencia Artificial son elementos que formarán parte de las rutinas y del día a día de los profesionales y empresas de nuestro sector en la era post-COVID-19.
Esta presencia multicanal no es una moda pasajera, sino que puede leerse como una realidad que ha llegado para quedarse.
Otras tendencias que veremos asentarse poco a poco en el sector inmobiliario serán:
Casas más grandes, con más luz y con zonas exteriores
Tras el periodo de confinamiento provocado por la crisis del COVID-19, muchos españoles se han replanteado el tipo de casa en el que desean vivir. Muchas personas también han descubierto que su vivienda actual no es la adecuada para cubrir las necesidades de su familia.
A partir de ahora, los compradores buscarán viviendas con más luz, con espacios más amplios, con zonas adaptadas para el trabajo y con mejores vistas al exterior. También está previsto que aumente la demanda de pisos con terrazas y con jardines, y de viviendas domóticas y conectadas a la red (IoT).
Incluso cambiarán las preferencias en cuanto a ubicación: la posibilidad de trabajar en remoto ha hecho que quienes siempre han deseado vivir en el centro de las ciudades se planteen ahora la posibilidad de comprar una casa en zonas más tranquilas y del extrarradio, donde pueden encontrar viviendas más grandes a precios más bajos.
Precios de compraventa más ajustados
Ya lo hemos comentado al principio de este artículo: las previsiones para el 2020, pese a las sospechas de una posible desaceleración en el mercado eran buenas, y el precio de la vivienda estaba subiendo.
Como consecuencia de estas crisis, en los próximos meses los precios de compraventa deberán ajustarse a la nueva situación en función del tipo de ayudas y medidas económicas destinadas a este sector, de las variaciones en los tipos de interés de las hipotecas y del índice de desempleo.
Cambios en los modelos de alquiler: vuelve el alquiler a largo plazo
En los últimos años, y especialmente en las grandes ciudades, muchos propietarios habían apostado por el alquiler turístico. La tendencia estaba cambiando lentamente, y desde 2018 algunos de ellos habían reorientado de nuevo el uso de sus viviendas hacia el alquiler de larga estancia, sobre todo por una cuestión fiscal y por su mayor facilidad de gestión.
La crisis del COVID-19 ha precipitado esta tendencia por el parón en la llegada de turistas extranjeros, y muchos propietarios buscan ya un nuevo modelo de alquiler para salir menos perjudicados de esta crisis. La vuelta al alquiler tradicional parece, al menos a corto y medio plazo, la mejor alternativa para ellos.
Oportunidades de inversión atractivas
El mercado inmobiliario siempre se ha considerado un «refugio» en tiempos de crisis y, en situaciones excepcionales los inversores han apostado por colocar sus ahorros en este sector que, pese a los cambios, siempre sufre oscilaciones menos bruscas que otros.
Por otra parte, la caída de los precios por la crisis del COVID-19 puede generar oportunidades atractivas de negocio. La necesidad de liquidez o las herencias recibidas harán a muchos propietarios plantearse la venta de pisos y casas, lo que puede beneficiar a todas aquellas personas que deseen comprar una vivienda.